"Llamada para un cartero" es el primer largo de Brummell
Pommerenck y una de las producciones nacionales que mayor
reconocimiento ha obtenido en festivales internacionales en los
últimos tiempos: mejor película, mejor guión, mejor actuación
femenina y premio de la Fundación Fernando Birri en el Festival
Latinoamericano de Rosario, Argentina
El guión -escrito por el propio
director- había logrado una mención especial en el concurso del
Instituto Nacional del Audiovisual (INA) allá por 1996, un premio
del Fondo de Factibilidad de ese mismo organismo, un premio del
Fondo Capital de la Intendencia Municipal de Montevideo en 1998 y
aportes para la realización del FONA en 1999
La historia contada parte de una
situación sumamente dramática: Laura, la esposa de un cartero ha
quedado paralítica como consecuencia de un accidente, y vive en una
suerte de letargo depresivo, rehusándose a tomar contacto con el
exterior. Luego, con una carga de humor negro bien dosificado y sin
olvidar un exhaustivo retrato psicológico, la película cuenta
cómo de la simple violación de correspondencia se puede llegar a
la pretensión casi obsesiva por inmiscuirse en la vida del
prójimo, al tiempo que salen a relucir otros traumas: la mujer mira
películas pornográficas cuando su marido no está, también recibe
a un masajista -siempre a escondidas- y maltrata a la empleada que
la asiste. Como contrapartida en este juego de ocultamientos,
Carlos, el cartero, engaña a su esposa con una clienta bastante
desprejuiciada, y para complicar la historia, irrumpe en escena una
herencia que también había permanecido oculta y más de un
delincuente de vuelo corto que pretende apoderarse del dinero.
Sin lugar a dudas , uno de los
puntos fuertes de la película es la interpretación de Andrea
Davidovics, acompañada por un inexpresivo Ariel Caldarelli y un
reparto de figuras jóvenes pero reconocidas del medio teatral como
ser Gabriela Iribarren, Fernando Dianesi y Gabriel Hermano entre
otros. El elenco muestra un rendimiento parejo, resultado de una muy
buena dirección de actores. El guión de Pommerenck por su parte,
es original y demuestra solidez, aunque deja por el camino un par de
situaciones inconclusas. A nivel narrativo, la tensión dramática
crece escena tras escena y el giro final imprime un remate adecuado
a la historia.
Fuente: http://cineuruguayo.cinecin.com/Cine2001.htm