TEMAS DE RECOSUR |
18 de octubre de 2007 |
1) UN PRÓCER “PALANGANA” Por Nelson Caula - PRIMERA PARTE
En la página 212 del primer tomo de mi libro “Artigas Ñemoñaré Vida Privada de José Artigas: Las 8 mujeres que amó. Sus 14 hijos DEVELANDO SU OSTRACISMO Y SU DESCENDENCIA EN PARAGUAY”, primera edición en diciembre de 1999, se publica, casi completa, la carta de Rivera a Ramírez, cuyo original Eduardo Picerno ubicó por estos días en el Archivo de Corrientes y nuestro buen amigo Roger Rodríguez divulgó en “La República” el 23 de setiembre de 2007, causando un interesante revuelo.
La vi por primera vez, gracias a Oscar Montaño que portaba el ejemplar “El Levantamiento de 1825. Preliminares. La Cruzada Libertadora” de Antonio M. De Freitas, del año 1944. De allí Montaño la transcribió en su obra “Umkhonto Historia del aporte negro-africano en la formación del Uruguay”, del año 1997 (página 200) y extrajo el facsímil manuscrito del original (páginas 241 a 245). Al intentar aportar algunas nuevas reflexiones al respecto, y luego de observar los comentarios de última hora generados a raíz del artículo de Roger, llegué a la conclusión que aquel enfoque en el que incluí la tan mentada misiva, está todavía, demasiado al día, como para no volver a proponerlo. Los lectores dirán si estamos o no en lo cierto.
Por lo tanto les invito a repasar aquí las páginas 203 a 225, del primer Artigas Ñemoñaré:
Hijos de Artigas y soldados de Rivera
Por tratarse esta investigación de iluminar lo mejor que podamos las vivencias de las mujeres que constituyeron familia con Artigas, también la de sus hijos, y teniendo en cuenta el solo hecho de que Fructuoso Rivera haya sido el actor aglutinante de la carrera militar de los tres Artigas y hasta el protector -junto a su esposa- del menor; alguien puede concluir, en que por esta sola actitud, fue «Don Frutos» un hombre ejemplar.
El modelo más a mano que tenemos, el del autor Thévenet, refleja perfectamente la idea que se ha hecho carne en el imaginario social uruguayo por décadas y décadas; cuando menciona a Fructuoso Rivera lo hace con términos como «glorioso» o «valeroso jefe oriental» o conceptos tales como éstos: «acude Rivera ... llevando a su lado a Santiago, al hijo del que había sido su jefe en Las Piedras y del que era su hermano en las supremas aspiraciones del patriotismo...»; insiste en otras páginas sobre «la vinculación estrecha entre ambos caudillos y el respeto que mutuamente se guardaban» ... «tan leal era el triunfador del Rincón a esa amistad con Artigas...», etc. La honestidad de Thévenet -para quienes hemos visto hasta el apasionamiento que puso en su denodado esfuerzo por hacer justicia con la estirpe artiguista que nos ocupa- está absolutamente libre de cualquier tipo de cuestionamiento. «Publicistas» de la Historia han trabajado con ahínco durante largos períodos de la vida de nuestro país, desde un ángulo estrictamente subjetivo, para darle buena imagen al «triunfador de Guayabos». Cientos y cientos de miles de uruguayos de distintas generaciones han creído en ella de buena fe.
Observemos qué depara el lado oscuro de la luna.
El 14 de febrero de 1819 -un año previo al desastre de Tacuarembó que marca un antes y un después en el destino del artiguismo; medio año previo a la separación de Melchora y José Gervasio; y con este último en el Queguay planificando el inicio de «las hostilidades de nuestra parte» en las Misiones, el ataque combinado con Andresito- en París, el «Journal du commerce» hace pública la noticia de que «...un coronel Rivero («Don Frutos») capta el favor público y se propone, dicen, suplantar a Artigas». Principios del diecinueve, muy lejos todavía de una derrota definitiva de Artigas, el plan recambio es noticia en Europa.
Lo del «favor público» se refiere, obviamente, a la elite portuaria montevideana, «goda» a más no poder, por ello tanto tiempo sitiada y por esas épocas entusiasta pro lusitana, luego ¡pro portuguesa! cuando surge Brasil -por siempre europeísta y conservadora al fin y al cabo- que, vaya si habrá buscado un nuevo «jefe de los orientales», conciliador, con «juego de cintura», «pragmático», o mejor de «utilidad práctica»... hasta que lo encontró. Para que con esa impronta capitaneara el barco de la nación en gestación hacia una futura Suiza en América, lo más distante posible del «desierto», o «el lejano norte», tan cercano de la «banda de los charrúas».
Cierta historiografía oficial ha pretendido asignarle a la batalla de Guayabos casi tanta o más importancia que a la de Las Piedras, reduciendo el tema a algo así como «cada héroe con su batalla», la de Sarandí sería la que corresponde a Lavalleja. Comparar con cualquier otra, la magnitud que significó la victoria de «nuestro mayo» del año once, sólo tendría algún valor si trasladáramos este acontecimiento al contexto continental, y aun en él pocas se le igualan; fue justamente para Indoamérica que tuvo una enorme trascendencia como envión emancipador. Pero en esta historia «uruguaya» tan tergiversada de cada día, ya no se trata, al parecer, de cuál batalla fue la mejor ganada, sino por quién. Y es por este andarivel de indagación, que seguimos un reciente enfoque de Jorge Pelfort (Busqueda. 9/1/1997):
«Fue sin duda a muy poco tiempo de la gran victoria de Artigas sobre las tropas directoriales de Dorrego, en la batalla de Guayabos (10/1/1815) que comenzó a urdirse la espuria versión de que el comandante en jefe en la triunfal jornada no habría sido el propio Artigas, sino su comandante de milicias en dicha oportunidad, el capitán Fructuoso Rivera. Sin ninguna documentación seria que la avale, ella ha sido impuesta desde tiempo inmemorial en nuestros textos de enseñanza..
En momentos en que la batalla se encontraba en su momento decisivo, Artigas envía a Bauzá por medio de su ayudante Faustino Tejera, conminándole: ‘Ataque Ud. de firme, no entretenga el tiempo en guerrillas, pues Ud, sabe lo escasos que estamos de pólvora’... ¿Quién era y qué hacía por allí el ayudante Faustino Tejera? ¿Pasaba de casualidad o vino de curioso creyendo que se trataba de un festejo?... Dos décadas después, cuando el coronel Faustino Tejera -sostenedor militar y político de Rivera- solicita sus reconocimientos de servicios militares, el coronel Andrés Latorre, segundo de Bauzá en Guayabos, atestiguará... ‘que el Coronel Don Faustino Tejera sirvió a los ejércitos de la República desde el año 1811... habiendo sido en la acción de los Guayabos ayudante directo del general Artigas’... ¿Qué andaría haciendo Artigas por Guayabos dando la orden decisiva del triunfo?... ¿Estaría pues, Artigas, actuando como comandante en jefe o como mero ‘apuntador’ refrescándole el libreto al juvenil capitán de Blandengues (Rufino Bauzá)?... Lo hacía muy sabiamente, desde una prudencial distancia, consciente de que él y nadie más que él, representaba La Causa de sus coterráneos.
En cuanto a la teoría del capitán de milicias Rivera comandando la batalla -prosigue Pelfort-, resulta aún más absurda... Sin antecedentes militares de valía a ese momento, resulta impensable que Artigas, que no se encontraba ni enfermo, ni en goce de licencia, ni mucho menos, se le ocurriera otorgarle el mando de una fuerza cuyo núcleo principal lo constituía nada menos que el cuerpo de Blandengues... Un mes atrás... don Frutos había aplicado un bofetón a un blandengue, lo que hizo que sus compañeros, que se destacaban por un muy quisquilloso espíritu de cuerpo, le atacaran, según Isidoro de María ‘despojándole hasta de sus vestidos, escapó providencialmente de ser la víctima del desenfreno de los sublevados’. La oportunísima llegada de Lavalleja evitó que las cosas pasaran a mayores. Narra Bauzá que Artigas convocó de inmediato a una junta en Corrales, ordenando ‘...se presentasen todos los jefes y oficiales para informarle de los sucesos pasados. Con más o menos detalles, refirieron todos lo que sabían... En cuanto a Rivera, no profirió palabra...’ ¿A quién se le puede ocurrir que a consecuencia de tales hechos Artigas, caudillo nato, pudiera concebir la estrafalaria idea de renunciar a la dirección de la batalla tan decisiva para confiársela justito a Rivera, recientemente repudiado y vejado por bastante más de la mitad de las tropas a comandar?
(...) Si Rivera o Bauzá, militarmente dependientes de Artigas, hubiesen sido los triunfadores de Guayabos, ¿qué demonios se han hecho los insoslayables partes de su victoria?... sencillamente jamás existieron porque el triunfador, Artigas, no se iba a escribir un parte a sí mismo con la mano derecha para recibirlo con la izquierda (...) un oficio del general Viamonte al Directorio, fechado el 13 de enero en costas del Uruguay, notificándole de ‘...el suceso del 10 del corriente entre el Cnell. Dorrego y caudillo Artigas’ (es) la única mención que se conoce de parte de los derrotados acerca de su contrincante en Guayabos».
Agregamos ahora, por intermedio de Carlos Maggi(Artigas y su hijo el caciquillo. 1992): «El día siguiente del triunfo en Guayabos, Artigas le escribe a Baltasar Ojeda indicándole que debe organizar el regreso de las familias a las costas del arroyo Mataojo», y destaca «la primera frase de esa carta... signada por el entusiasmo...: ‘Mi victoria, victoria, victoria sobre los de Buenos Aires, es a favor de los orientales’.»
Como si hubiese adivinado intenciones de «piratearle» el comando de la batalla. Agrega Pelfort que quienes citan la frase la traducen «distraídamente al plural como ‘Nuestra Victoria...’, útil, aunque no fundamental adulteración a los efectos de seguir ambientando la eterna falacia». Ese formidable revisionista que fue Don Luis Alberto de Herrera, se afilia a la tesis que un gran responsable de esta batalla fue aquel que recibió el terminante oficio de Artigas: «La pasión -publicó en 1947- pretendería, luego, negar el mando superior de Bauzá, indudable, atribuyéndoselo a Rivera...». Y el entrañable negro Joaquín -Ansina- Lenzina, desde el «entrevero» consignó: «...En la isla del Guayabo ... Artigas y Bauzá, con sus hombres ardientes, Como Rivera están, Con sus milicias valientes...» (Ansina me llaman y Ansina yo soy. 1996).
En la misma obra de Maggi, ya citada, éste ubica pormenorizada documentación confeccionada por «tres espías portugueses» que detallan los movimientos inmediatamente posteriores a Guayabos. En todos ellos, José Gervasio Artigas es el único gran protagonista:
«Artigas reunió todas sus fuerzas... Artigas incitó contra Buenos Aires... Artigas tiene el mayor empeño y el mayor interés... Artigas, recelando un ataque (...) llegaron dos caciques de los indios... para unirse al partido de Artigas. Siguieron según sus órdenes... Artigas estaba muy preocupado por la falta de municiones... Artigas no tiene intención de retirarse...» (Joao Carneiro da Fontoura, «Campamento de San Diego, 15 de enero de 1815»).
Las «fuerzas actuales de Artigas exceden el número de 3.000 hombres, casi todos armados, como consecuencia de los muchos armamentos que le han tomado a las partidas de Buenos Aires (en Guayabos)... Artigas reunió todas sus fuerzas dispersas, que mandó atacar las de Buenos Aires (en Guayabos)... el día 10 del corriente se encontraron las dos columnas (...) perdieron los de Buenos Aires 200 prisioneros y muchos muertos cuyo número, dice Artigas, ha de ser de 400 hombres... Después de esto mandó a Otorgués con cerca de 1.000 hombres para la inmediaciones de Montevideo; a Fructuoso Rivera, para Colonia y otrapartida para Paysandú... mandó orden a Blás (Basualdo) para retroceder... Artigas se puso de buen humor... mandó regresar las familias a donde antes estaban...» (Joao dos Santos Abreu, «venido del cuartel general de Artigas después del ataque»). «Artigas está en buena relación con los paraguayos... él procura cumplir su plan de comandar la campaña de Montevideo...» (Antonio Remoaldo, «venido del campo de Artigas después del ataque»). Artigas, Artigas, Artigas... manda, hace y deshace. Artigas es Artigas. Bauzá, Otorgués, Rivera, Basualdo, Ojeda... cumplen órdenes, lo obedecen.
En pleno auge del máximo caudillo le pasaban estas cosas. Qué dejamos, entonces, para alguien que ni por asomo reunía lauros similares, por más que se tratara de un destacado oficial. «Fructuoso» (como él mismo acostumbraba firmar), al parecer, tampoco ganó la batalla del Rincón en la primavera de 1825, cuando se involucró forzadamente en la Cruzada de los Treinta y Tres Orientales.
Los documentos los exhumó no hace mucho Washington Lockhart (Rivera tal cual era. 1996): cuando se produce el avance de las tropas enemigas, Rivera «ficaba encerrado e irremediablemente perdido dentro del Rincón», revela Antonio Gadea de Sena Pereira, soldado de los vencidos. Su testimonio es reproducido por Brito del Pino en El Centenario de 1825: «Servando Gómez, vigilante y dedicado, apenas descubrió el cuerpo de Jardim que traía delantera a su rival Barreto (viniendo los dos a gran galope desde Paysandú, tratando de aventajar uno al otro), fue el primero en comprender, al ver el estado de esa fuerza y el desorden y descuido en que marchaban, que la victoria era fácil. Esperó Servando Gómez pues el momento favorable, y sin prevenir a su jefe Rivera cargó de golpe sobre nuestra fuerza y con tal ímpetu que apenas se pudieron poner en línea 30 o 40 hombres cuyos caballos aún se prestaban para maniobrar. Pero no pudiendo ser secundados por sus compañeros, cedieron al ataque violento del enemigo, y pagaron con la vida su pericia, disciplina y valor. Confusos, envueltos por Servando Gómez, cuyos soldados estaban todos en condiciones de combatir, y perseguidos sin descanso, debieron precipitarse sobre la retaguardia. Siguió así el desconcierto de Mena Barreto, y el triunfo de Servando Gómez fue por lo tanto completo, pues consiguió desbandar ese segundo cuerpo, hiriendo y matando casi sin resistencia y sin peligro».
En sendas cartas a Lavalleja y a doña Fragoso, Rivera se autoproclamó como el gran vencedor. Elogiando a «Servandito», entremezclado entre otros jefes. Se comenta que fue tal el enojo de Servando Gómez, que se puso de inmediato -y por el resto de su vida- a las órdenes de Manuel Oribe. Bien lejos y en contra de Rivera. No obstante ello Don Frutos vuelve a escribirle a su mujer en octubre, a unos diez días de ese choque fundamental para la liberación de los brasileños en el rincón del Uruguay y norte del Negro: «...por tan feliz resultado te felicito haciéndome cargo cual habrá sido el placer que sentiría mama al considerarme vencedor de nuestros injustos opresores...».
Tales, algunos de los hechos que hicieron famoso a don Rivera y que tal vez, terminaron por deslumbrar -entre muchos otros- a tres de los hijos de Artigas.
Fin PRIMERA PARTE Enviado por Nelson Caula / RECOSUR
2) EL IMPERIO PACÌFICO
Por Stella Calloni
ALERTAN SOBRE UNA BASE ESTADOUNIDENSE “PARA ESTUDIOS NUCLEARES” EN TIERRA DEL FUEGO
La Jornada/ Aporrea/ inSurGente.- En coincidencia con la posición tomada por el ministro de Defensa de Brasil, Nelson Jobim, quien advirtió que la soberanía sobre el Amazonas “es inegociable”, sindicatos de Tierra del Fuego advirtieron del peligro que representa la instalación de una base de Estados Unidos para “estudios nucleares con fines pacíficos” en Tolhuin, extremo sur de Argentina.
Jobím, desde Brasil, salió al paso de las recomendaciones que hizo el indio Rajendra Pachauri, presidente del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la Organización de Naciones Unidas designado premio Nobel de la Paz junto al ex vicepresidente estadunidense Al Gore, quien había sugerido la creación de un tratado internacional para garantizar la protección de la Amazonia.
Este fue el primer chispazo fuerte en el tema del Premio Nobel, en momentos en que diversas organizaciones y pueblos de América Latina luchan contra la grave devastación del medio ambiente, que ya es un problema de sobrevivencia.
Jobim sostuvo que “los brasileños saben cuidar lo suyo”, recordando que no se pueden recibir recomendaciones de India o de Europa, que lo han destruido todo.
Pachauri había dicho que no opinaría “sobre lo que debe hacer el gobierno brasileño”, al señalar que las selvas “como el Amazonas son las mayores fuentes naturales para la captación del carbono” y que en el futuro “debemos tener políticas claras y un acuerdo internacional para garantizar que la protección forestal aumente en el mundo”.
Precisamente Jobim estaba visitando unidades militares en la frontera con Colombia, mientras que la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, también se enfrentó a las objeciones de Pachauri respecto de la producción de biocombustibles “y su posible impacto en el aumento de los precios de los alimentos a escala global”.
En el caso del Amazonas hay una posición general sobre su defensa en Brasil, pero el tema de los biocumbustibles es muy debatido dentro y fuera de ese país, después que el presidente Luiz Inacio Lula da Silva lanzó este año, junto a su par estadunidense, George W. Bush, un programa para impulsar plantaciones y producir biocombustibles para exportar a Esatados Unidos, lo que es rechazado por organizaciones sociales, políticas y humanitarias.
En tanto, en Tierra del Fuego existe un decreto provincial del gobierno de esa provincia, que cedió tierras para la instalación de una base estadunidense que se supone realizará “estudios nucleares con fines pacíficos”.
Esto llevó a la sanción de una ley emitida por la Cámara de Diputados en 1998, en cuyos anexos se contempla que “podrán realizarse explosiones nucleares subterráneas con fines pacíficos”.
El decreto 1369 autoriza la instalación de una base del Sistema Internacional de Vigilancia para la Prevención y Prohibición de Ensayos y Explosiones Nucleares, invoca para tal fin a la ley nacional 25022 de 1998 y habilita para “los integrantes de esta base el libre tránsito por la provincia, si así lo requieren para sus estudios”.
De esta manera cualquier movimiento de Estados Unidos en la instalación o reinstalación de bases militares o de tropas vuelve a reavivar los temores en diversos sectores de la isla de Tierra del Fuego, dispuestos a impedir una presencia estadunidense en el lugar.
Los sindicatos denunciantes advierten que “decisiones como estas o las que en Paraguay otorgaron inmunidad total a las tropas estadunidenses en ese país (en 2005) afectan gravemente a la región”. Esto se agrava ante la escalada belicista del gobierno de Estados Unidos en el mundo, con el argumento de la guerra contra el terror.
En días recientes diversas organizaciones sociales y humanitarias han demandado que se hagan públicas las “conferencias hemisféricas” sobre “seguridad” y otros temas relacionados, realizadas “sin que se conozcan los acuerdos que afectan y violan la soberanía de las naciones”.
Alertan asimismo sobre los movimientos que podrá hacer Estados Unidos después que el presidente de Ecuador, Rafael Correa, anunció que no será renovado el “convenio” inconstitucional que adjudicó a ese país la base militar de Manta.
Hay temores sobre el hecho de que al reacomodar Estados Unidos sus bases, optando por Perú o Colombia para trasladar Manta, haya otras acciones que comprometan a la región o se reactiven viejos acuerdos de carácter militar.
Los analistas sobre temas militares señalan que una base en Colombia que se agregaría a las que ya existen en ese país podría ser planeada para “controlar todas las operaciones” no sólo relacionadas con ese país sino “con todo tipo de actividades políticas soberanas que se realicen en América Latina y en el Caribe”, con lo que extendería al resto de los países de la región el Plan Colombia y sus sucédaneos.
Esa sería una forma de militarización encubierta en América Central, montada sobre los tratados de libre comercio con Estados Unidos, como el Cafta, que involucra a los países del istmo. Un alerta roja se ha encendido en la región sobre los próximos movimientos militares de Estados Unidos y el caso de Tierra del Fuego es uno de ellos.
Red Informativa Virtin / RECOSUR
3) UN CLUB DE MILLONARIOS por Juan Gelman
Un senador estadounidense gana 165.200 dólares anuales por ocupar la banca y está obligado a declarar su patrimonio. Pero cerca de la mitad de los 100 miembros del Senado está constituida por potentados que, en promedio, poseen 8,9 millones de dólares en bienes muebles, inmuebles, acciones, bonos, inversiones y otras menudencias. En cambio, sólo el 1 por ciento de los norteamericanos cuenta con un millón o más (Forbes, 20-11-06). Claro que algunos son más iguales que otros y a la cabeza figura el demócrata John Kerry, ex candidato a presidente, con una fortuna estimada en 750 millones de verdes, según el diario Roll Call, que cubre las noticias del Capitolio desde 1955 (www.rollcall.com, 10-9-07). Le sigue el senador también demócrata Herb Kohl, pero lejos, con apenas 243 millones. Kerry inició su ininterrumpida carrera senatorial en 1984 y Kohl en 1988. Hay que darle tiempo al tiempo.
El investigador Donald Ritchie afirma que así ha sido la historia del Senado desde fines del siglo XIX y comienzos del XX, cuando hombres de negocios como George Hearst, padre de William Randolph, se convirtieron en miembros de esa rama del Congreso. El escándalo de su riqueza provocó que en 1913 se estableciera la elección directa de los senadores, que antes eran designados por las legislaturas estatales. Tampoco faltan representantes acaudalados en la Cámara baja: el Center for Responsive Politics de Washington compiló informaciones que atribuyen al republicano Darrell Issa la friolera de 677 millones de dólares. Issa es un magnate de la industria electrónica que de joven fue acusado de alzarse con un par de coches y de haber fabricado el robo de su propio Mercedes Benz. Es conocido en el rubro por la invención de la alarma Viper contra el robo de autos. No le faltaría experiencia en la materia.
Es éste apenas un aspecto de un fenómeno general. Los estadounidenses más ricos han batido un record: su participación en el ingreso nacional es la más alta desde comienzos de la década de 1920 (The Wall Street Journal, 12-10-07). Según datos del Internal Revenue Service (IRS, por sus siglas en inglés), en 2005 el 1 por ciento acumuló el 21,2 por ciento del ingreso total un aumento del 2,2 respecto del año anterior, mientras el 50 por ciento de abajo sólo accedió al 12,8 por ciento, un descenso del 0,6 por ciento. Para Jason Furman, investigador de la Brookings Institution, esta desigualdad se ha acentuado en los últimos 30 años. Steven Kaplan y Joshua Rauh, de la Universidad de Chicago, estiman que es difícil soslayar la noción de que ello se debe en parte “a una cuestión financiera e industrial (manejada) por Wall Street”. W. Bush no se intranquiliza: subraya que “nuestra sociedad ha tenido una desigualdad de ingresos durante mucho tiempo”. Costumbres son costumbres.
EE.UU. es probablemente el único país del mundo cuyo banco central es privado y no es posible comprender la crisis financiera actual y el aumento del abismo que separa a los ricos de los pobres sin tomarlo en cuenta. Un consorcio de 12 grandes bancos estadounidenses constituye el sistema de la Reserva Federal (FED, por sus siglas en inglés), imprimen dólares y su cliente principal es el gobierno. Se caracteriza por manipular el sistema monetario y la crisis financiera más reciente, motivada por el pésimo manejo del crédito en el marco de un déficit presupuestario brutal, tuvo repercusiones mundiales. La FED ha emitido una cantidad de billetes que supera ampliamente las reservas de oro del país, nada pequeñas gracias a sus imposiciones de posguerra a las exportaciones a una Europa exhausta. En 1971, Richard Nixon canceló la relación oro/dólar y desde entonces el billete no está cubierto por el metal amarillo ni garantizado por el Estado.
El funcionamiento de la FED parece fábula de una mente afiebrada: presta al gobierno los dólares que imprime a bajo costo contra obligaciones en títulos y los bancos perciben los intereses anuales que éstos devengan. No está mal, tratándose de papeles de color llamados dólares. La Justicia estadounidense ha rechazado sistemáticamente las acciones civiles destinadas a anular la ley que creó la FED en 1913. John F. Kennedy intentó modificarla con un decreto presidencial, la orden ejecutiva 11110. Poco después fue asesinado. Curiosamente, el primer acto de gobierno de su sucesor, Lyndon Johnson, fue anular la orden en el avión que lo trasladaba a Washington desde Dallas, el lugar del magnicidio. Simple casualidad, desde luego.
Los bancos privados de la FED procuran por todos los medios mantener el ingente ingreso que el sistema les proporciona y los Estados que, como Irán, desean basar en el euro sus intercambios comerciales internacionales son rápidamente tachados de terroristas. Los bancos centrales del mundo se ven obligados a tener reservas monetarias en dólares y los países exportan sus productos a EE.UU. contra papeles sin resguardo en oro que sólo cuestan el proceso de imprimirlos. El dólar es otro instrumento de dominación de EE.UU. Parafraseando un antiguo proverbio chino, cuando el dólar habla, la verdad calla.
Enviado por Revista Koeyú Latinoamericano /
RECOSUR
4) MALA LECHE por Silvia Ribeiro
Gran parte de la producción industrial de leche en Estados Unidos, México y otros países latinoamericanos utiliza una hormona transgénica de crecimiento bovino llamada rBGH, propiedad de Monsanto -que la denomina Somato-Tropina Bovina o BST (por sus siglas en inglés)-. Es una hormona que se le inyecta a las vacas y las hace producir hasta el doble de leche.
Esto tiene efectos muy negativos en la salud del ganado, pero además puede tener consecuencias fatales para quien! es consumen esos lácteos. Esta hormona transgénica provoca que suba en la leche el nivel de otra hormona llamada en inglés IGF-1 (factor de crecimiento insulínico tipo 1). Estudios recientes muestran que los niveles anormalmente altos de esta segunda hormona se asocian con el surgimiento de cáncer de seno, próstata y colon.
Según el doctor Michael Hansen, asesor de la Unión de Consumidores de Estados Unidos, que analizó y compiló estos estudios (http://www.organicconsumers.org/rbgh0724_monsanto_rbgh.cfm), las vacas que reciben esta inyec! ción tienen un aumento significativo en la frecuencia de 16 enfermedades, incluidas mastitis y problemas de gestación. Las vacas sufren muchísimo y, además, la leche contiene restos de antibióticos, pus y sangre, por las continuas enfermedades y tratamientos a que son sometidas.
Esto genera una mayor resistencia a antibióticos en quienes consumen esa leche y sus derivados, lo cual ya desde antes era un grave problema de salud pública.
Pese a que el uso de esta hormona artificial está prohibido en Europa, Canadá, Japón, Nueva Zelanda y Australia, se aprobó su uso comercial en México, Guatemala, Honduras, Costa Rica, Panamá, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela y ocho países de otros continentes, basados en estudios que la propia Monsanto proporcionó a las agencias reguladoras estadounidenses.
La hormona transgénica de crecimiento bovino está en circulación en Estados Unidos desde 1993. Ya para esa época, su aprobación estuvo plagada de irregularidades y en varios documentos se señala la relación absurdamente estrecha de Monsanto con los funcionarios de la FDA (Administración de Fármacos y Alimentos estadounidense), que aprobaron la venta comercial de la hormona y de la leche de las vacas tratadas con ésta.
En los informes de la propia Monsanto a la FDA se registraba que las vacas sufrían más enfermedades y que en la leche de las vacas tratadas con la hormona bovina de crecimiento había un aumento 'significativo' (sic) de la hormona IGF-1. Pero en sus conclusiones, la empresa descarta que eso tenga algún impacto en la salud humana.
No es la única vez que Monsanto tiene este! proceder: también lo ha hecho con otros estudios que indicaban toxicidad en variedades de papa y maíz transgénico en ratones de laboratorio. Pese a las evidencias de daño en sus propios experimentos, concluía: 'no son importantes', mientras la revisión ulterior por parte de científicos independientes mostró lo contrario.
Conforme se divulgan más informes que muestran los riesgos de la hormona rBGH, se expresa con más claridad el rechazo de los consumidores estadounidenses. Grandes cadenas de supermercados como Kroger, Safeway y la cadena de cafeterías Starbucks han prometido a sus clientes que no tendrán leche con hormonas artificiales.
Ningún producto transgénico es etiquetado en Estados Unidos, porque desde sus inicios, las empresas productoras de transgénicos lograron con presiones de todo tipo que no se use una etiqueta que diga 'contiene transgénicos' o cualquier formulación que lo indique, aunque sea verdad. Seguro desde entonces sabían que tenían mucho que ocultar.
Ahora, frente a las acciones de esos supermercados (motivadas por el rechazo de los consumidores), la respuesta de Monsanto es acosar a las autoridades para que tampoco se pueda etiquetar que la leche 'no contiene' esa hormona transgénica. Monsanto alega que etiquetar es una forma de 'engañar' a los consumidores, porque la leche con hormonas no tendría diferencias con las otras.
Como explica el doctor Michael Hansen, los consumidores entienden muy bien qué significa 'libre de hormonas de crecimiento bovino', o 'libre de hormonas artificiales BST' (STB en castellano), y reconocen el valor de productos cuya etiqueta indica 'sin colorantes artificiales' o 'sin saborizantes'. La decisión sobre si quieren o no una etiqueta informativa es de los consumidores, no de las empresas que lucran con estos aditivos y productos transgénicos. En todo el mundo, las encuestas a los consumidores sobre si prefieren o no etiquetado de transgénicos, hallaron de 8! 0 a 98 por ciento a favor del etiquetado.
En México, existen dos marcas de leche orgánica, que declaran estar libres de hormonas STB, pero esta hormona se usa en 24 cuencas lecheras de ese país y las marcas que se abastecen allí no declaran su contenido en sus productos. Tampoco lo hacen en los otros países latinoamericanos, donde la población ignora totalmente que la leche que consume diariamente posiblemente contiene esta hormona.
Con los nuevos informes en circulación, los países que aprobaron esta hormona deberían prohibir urgentemente su uso, tal como ya hizo la mayoría de los países industrializados.
ALAI / RECOSUR
5) ERNESTO GUEVARA, UNA PUESTA AL DÍA Por Paco Ignacio Taibo II
¿Qué de nuevo sabemos sobre Ernesto Guevara en los pasados dos o tres años? ¿Ha cambiado la percepción que existía sobre el revolucionario cubano-argentino? ¿Hay nuevos materiales que enriquecen su biografía?
Me meto durante 15 horas en Internet para ponerme al día: descubro una fábrica cubana de níquel que lleva su nombre y va de líder en las espartaquiadas. Un ciclista argentino recorre su ruta latinoamericana en bicicleta. Regalan una estatua suya de cuatro metros para que sea colocada en La Higuera. El Senado boliviano le pide a la inteligencia militar que diga si están en su poder el protocolo de la autopsia y el acta de defunción del Che y exige que se desclasifiquen; ambos documentos fueron negados a periodistas en nombre del secreto de Estado. En Lima se vende una marca de cigarrillos llamada Che, con la eterna foto de Korda en el frente. Se anuncia un nuevo programa sobre el Che en The History Channel. En la República Dominicana una manifestación con banderas del Che reta a la policía que dice que no permitirá un paro nacional. Un concurso de alguna televisora panameña declara al Che el político más importante del siglo XX, con 60 por ciento de los votos. Luis Figueroa, quien hace dibujos del Che en las cercanías de la casa en la que vivió en 1953, en Guayaquil, comenta: “Es la imagen que más se vende. Por cada retrato de Jesucristo vendo 30 del Che. Ya hasta puedo dibujarlo de memoria”. En una página de Internet llamada Sortorama se puede encontrar su carta astral.
¿Deberíamos angustiarnos ante la mayoría de estas historias? ¿En nombre de qué soberana pureza deberíamos espantarnos de los fenómenos comunes de la sociedad de consumo con los que convivimos diariamente? ¿Son más perversas las camisetas de Ronaldinho que las del Che? Yo, siendo un convicto y confeso ateo, ando muy feliz por ahí con mi camiseta del estandarte guadalupano del cura Hidalgo, bandera de la primera Independencia de México.
No habría que inquietarse no mayormente, ya que son los lamentables ecos periféricos de un culto de masas, que en muchos casos está provisto de más potentes contenidos. Se hizo viejo Marx, nadie oyó hablar del príncipe Kropotkin, Lenin se volvió sospechoso de haber inventado la dictadura del proletariado sin proletariado y haberle heredado el monstruo a Stalin, que lo corrompió a fondo con plácido delirio totalitario. En el gran espacio queda el Che. Y en la medida en que la izquierda pierde falsa y vera historia a pasos agigantados, queda solo. Así que en soledad se construye un culto laico en torno a él, en cuya periferia aparece maligno el consumo pinche.
Su nieto Canek decía en una entrevista que por qué a nadie le preocupaba que hubiera camisetas con la imagen de alguien tan banal en nuestra historia contemporánea como Karol Wojtyla. ¿No ha vivido el catolicismo durante años vendiendo estampitas de santos que todo lo curan? (Por cierto que el Che, en uno de sus momentos de máxima miseria, y tuvo muchos, vendía estampitas de santos por las calles de Guatemala para sobrevivir.)
Lo que sí debería preocuparnos es que la periferia invada el corazón de la leyenda y lentamente la desplace. Que a fuerza de no contarlo, mal contarlo, volverlo dogma, esquema o santo bobo, el Che se desvanezca envuelto en seis carteles y una camiseta.
Nuevos testimonios
Desde que entregué a la editorial la última edición corregida y aumentada de la biografía del Che, he estado guardando en una caja los materiales nuevos que van cayendo en mis manos. Hay de todo. Entre otras cosas un justificado interés por Celia, su madre (Julia Constenla: Celia, la madre del Che, Editorial Sudamericana; Luciana Peker: La entrañable fortaleza, Página12, 3 marzo, 2005), “una de las mujeres argentinas nacidas a principios del siglo XX bajo el mandato de las trenzas escolares y del cuello planchado con cera, y que forjaron su rebeldía con cortes a la melena, cigarrillos en la mano e hijos sietemesinos”; y varios artículos sobre la discusión acerca de las aventuras extraconyugales de su padre.
Quizá lo más interesante es la aparición de las memorias de uno de sus compañeros de la infancia, Calica Ferrer (De Ernesto al Che, Marea Editorial), que rescata las memorias del compañero del Che durante su segundo viaje por Latinoamérica, en 1953. Resulta un libro amable, rico en anécdotas y despojado del culto guevarista, es la historia de un viaje y dos amigos. Sobre esa misma época, un reportaje de la Afp en Internet (“El Che Guevara en Ecuador, una historia fugaz y casi desconocida”) cuenta con abundantes testimonios el paso de Guevara por Guayaquil, donde vivía “en una casa del barrio Las Peñas, al final del malecón del puerto”; una casa de balcones rojos que el guardián “rentaba para citas amorosas a escondidas de los dueños” y que tenía muy poco “prestigio”. El Che salía de ahí siempre cargado de libros y no tuvo relación con los vecinos.
Ha salido (ya en Italia y supuestamente en español, aunque aún no he conseguido un ejemplar) el libro que sobre su marido escribió Aleida March, titulado Evocaciones, editado por Ocean Press. Por las entrevistas que acompañaron su lanzamiento, es de suponer que quizá lo más interesante, además de aportar historias sobre la vida familiar del Che, es la narración de los encuentros clandestinos de la pareja en Tanzania y Praga, poco después de la fracasada experiencia guerrillera del Congo, en 1966.
Dos materiales sobre la etapa mexicana del Che y la preparación de la expedición del Granma son la biografía del general Bayo, escrita por el periodista español Luis Díez (Bayo, el general que adiestró a la guerrilla de Castro y el Che, Editorial Debate), y el libro de El Cuate del Conde, Yate Granma.
Bayo, un general republicano español, fue conectado por Fidel en el exilio mexicano y se hizo cargo del entrenamiento del Movimiento 26 de Julio en el rancho de Chalco, cuando contaba con 58 años. Fidel finalmente no permitió que el general, quien se había presentado como voluntario reiteradas veces, los acompañara. El libro registra su queja: “Me dejan por viejo, no por cobarde”. El Cuate del Conde es uno de los más singulares personajes de la improvisada red que se creó en México para apoyar a los cubanos: armero, responsable de la compra del yate, de una fidelidad y entrega notables al movimiento.
Sobre la etapa revolucionaria cubana, Celia, ensayo para una biografía, (La Habana, 2004) del riguroso historiador cubano Pedro Álvarez Tabío, que lamentablemente no ofrece mayor espacio a la labor previa de Celia Sánchez en la sierra Maestra, construyendo la red que salvaría a los expedicionarios del Granma.
Quizá el más interesante de los libros editados recientemente es el texto de Ciro Bustos, El Che quiere verte (editorial Vergara), que además de aportar muchos elementos sobre los intentos previos del Che de organizar la lucha armada en Argentina, ofrece información sobre su paso por la guerrilla y reabre el debate sobre cómo el ejército boliviano supo de la presencia del Che en Bolivia.
También sobre la etapa boliviana, una nueva entrevista con Paco, el superviviente de la masacre de Vado del Yeso, donde murieron Tania y Vilo Acuña. La entrevista fue realizada por Vania Solares Maymura (“El antihéroe de la retaguardia del Che”, Econoticiasbolivia.com), la sobrina del otro superviviente, poco después torturado y asesinado. Paco (José Castillo), bajo presión, ofreció información al ejército y vivió bajo el estigma de ser uno de los traidores de la guerrilla.
La aparición en Italia de Che Guevara. Top Secret, de Vicenzo Vasile y Mario Cereghino (Bompiani, octubre de 2007), que recoge los nuevos documentos desclasificados en Estados Unidos, parece confirmar la tesis de que los gringos no tenían interés en la muerte del Che, a quien preferían humillar políticamente, y tal como ha sido contado, fue la decisión de la cúpula del ejército boliviano la que condujo al asesinato de La Higuera, el 9 de octubre.
Un último material: Arguedas confidencial, del periodista boliviano Roberto Cuevas Ramírez, es una biografía repleta de información sobre el contradictorio y extraño ministro del Interior boliviano responsable de haber sacado el diario y las manos del Che de Bolivia para entregarlas al gobierno cubano.
Materiales interesantes, pero que no cambian las informaciones del gran marco, ni siquiera las historias secundarias, aunque ofrecen una inmensa riqueza en los detalles. Pareciera que en lo esencial, la historia ya está contada, y ha sido bien contada. Pero algunas polémicas persisten e incluso se agudizan. No con fundamento.
Tania
Una de las polémicas abiertas es la que se origina por la construcción de una leyenda negra que dice que la argentina-alemana Tamara Bunke, quien colaboró en la preparación de la base en La Paz de la guerrilla boliviana del Che, era una operadora de los servicios secretos de la RDA y por extensión de los soviéticos, labor que siguió haciendo en Cuba y en Bolivia, espiando y saboteando la guerrilla del Che.
La rocambolesca historia se origina en el libro de Daniel James (Che Guevara, una biografía), que cuenta que un agente de los servicios de Alemania oriental que desertó, la reconoció y dijo que Tamara había trabajado para ellos en control de extranjeros. La historia ha sido recogida y reiterada en otros libros. Friedl (Tania, la mujer que amó al Che, un libro absolutamente especulativo y a ratos hasta grotesco), basado en información policiaca, precisa: Männel, el desertor, aporta tan sólo un dato, en los primeros meses de 1961 Tamara Bunke era “agente informal” de los servicios alemanes. Lo que puede significar algo tan simple como que en una sociedad autoritaria y policiaca, Tania ofrecía, de manera libre o coaccionada, información a los servicios durante sus tareas de traductora. No hay que olvidar que desde los 18 años pertenecía al Partido Comunista alemán.
Para apoyar esta tesis, Friedl dice que la CIA manejaba esta información, pero fuera de recoger versiones (de Rodríguez o de Marchetti), no ofrece ninguna prueba. Por extensión, se dice que trabajaba también para el KGB. Parece obvio, si uno sigue la historia atentamente, que a partir de su reclutamiento por los servicios cubanos, para Tania estaba clara la prioridad de sus fidelidades, y que cortó relaciones con los alemanes.
Además de esto, Friedl, Geyer y otros infieren que fue amante del Che, basados en una lógica formal muy discutible: “Si trabajaba para los servicios, si era mujer...” (Meyer: “No hay duda que el Che y Tania fueron amantes desde que se conocieron”.) Algunos historiadores son bastante potentes en esto de no dudar. La afirmación sustituye la información. El método de construir una tesis es irresponsablemente fascinante y se reduce al simplismo declarativo. ¿Las pruebas de sus afirmaciones? No, eso no tiene demasiada importancia. Declaran: tuvieron relaciones sexuales, porque el Che era mujeriego y Tania era agente de los rusos. Alarcón, en su último libro, es partidario de esta segunda tesis, la de los amores, no la de la espía rusa, después de haber dicho en volúmenes anteriores lo contrario. Pero en el tiempo que pasó con el Che en la guerrilla no vio una sola prueba de afecto entre ambos. Varios autores utilizan como comprobación (¡!) de la tesis la presencia de Tania en Praga, durante unos días. No hay mucha seriedad en todo esto. He revisado minuciosamente los textos y no producen un solo elemento, ninguna referencia que apoye sus conclusiones. Otro tanto sucede con la tesis de que era espía soviética. Los recientemente abiertos archivos del contraespionaje soviético y de la Alemania oriental no ofrecen ninguna prueba que sustente esta versión. Y ya puestos a construir la leyenda negra de Tania, dicen que en el momento de morir estaba embarazada. Curiosamente, el cadáver no fue sujeto de ninguna autopsia y el único superviviente de la masacre de la retaguardia, Paco, nunca ha hablado del asunto. ¿Cómo lo saben entonces? Pareciera que una nueva categoría, la de historiador ginecólogo se incorpora al gremio.
La aparición de dos nuevos libros, el de Ulises Estrada (Tania la guerrillera y la epopeya suramericana del Che, Ocean Press, 2005) y Mariano Rodríguez Herrera (Tania, la guerrillera del Che, Plaza Janés, 2006) y de los testimonios en entrevistas de su madre, Nadia Bunke (quien por cierto le ganó un juicio en Alemania a Friedl y a la Aufbau Verlag, obligando a la supresión de 14 pasajes del libro por considerarlos una difamación), parecen dejar claro los últimos resquicios de la historia de Tania, a más de aportar muchos detalles sobre la estancia del Che en Praga. Lo sorprendente es que las calumnias se siguen repitiendo aquí y allá.
Las obsesiones de la nueva derecha
A toda esta producción de libros de testimonio, ensayos, documentos, los cultos laicos, las nuevas biografías, se han sumado cuatro películas sobre el Che y otras cuatro están en camino, decenas de documentales, tres nuevas novelas: la del ex canciller boliviano Juan Ignacio Siles del Valle, Los últimos días del Che. Que el sueño era tan grande (editorial Debate), con una curiosa estructura de novela documental; Las andaduras del Che del novelista español Ramón Chao, que busca el paralelo narrativo entre el Che, y el Quijote, y El Misterio de las Tanias, del chileno Sebastián Edwards (Alfaguara, 2007.)
La respuesta del mercado al culto social del Che está llegando a límites de saturación. Y frente a estos comportamientos desatados, los intelectuales de la nueva derecha se ponen nerviosos. Ellos, tan defensores del capitalismo salvaje, tan benévolos con el sistema, se tiran de los pelos ante sus aberraciones: los irrita hasta el delirio el vendedor de camisetas del Che en el submundo de la economía marginal, se exasperan por la inmoralidad del que muestra al turista la casa en la que el Che vivió en Guayaquil para ganarse dos pesos, se escandalizan hasta el rasgamiento de camisas por la impureza del chebisnes. ¿Son acaso ellos los guardianes del Che?
Dos personajes son buenos exponentes de la versión menos matizada de la nueva reacción (en su extremo más culto estarían Jorge Castañeda y el francés Pierre Kalfon) Humberto Fontova, autor de Exposing the Real Che Guevara: And the Useful Idiots Who Idolize Him (Exponiendo al Che Guevara real y a los útiles idiotas que lo idolatran), y Álvaro Vargas Llosa: The Che Guevara Myth and the Future of Liberty (El mito del Che Guevara y el futuro de la libertad) publicada por The Independent Institute; por cierto que si se compran juntos en Amazon, te dan descuento.
Varios son los caminos de las voces conservadoras para enfrentar al fantasma del Che: establecer que Fidel lo embarcó en la aventura boliviana y luego lo traicionó para deshacerse de él, mostrar lo políticamente incorrecto que Guevara era (“feroz exterminador de homosexuales en Cuba”, se dice en una página web, machista extremista, y se lee en otras tantas), ridiculizarlo en función de la mercadotecnia existente (como si el pobre Ernesto fuera accionista de las fábricas de camisetas que repiten su imagen) y convertir al Che en un sádico asesino.
El asesino de La Cabaña
En la red se han disparado las historias que hacen del Che un asesino. Se le atribuyen los fusilamientos en la fortaleza de La Cabaña durante los primeros días de la revolución cubana, con la consiguiente cuota de sadismo detrás de ellos. El disparador es un artículo de Alvarito Vargas Llosa en The New Republic, aparecido en julio de 2005 y difundido y ampliado por las comunidades cubanas en el exilio: “La máquina de matar: El Che Guevara, de agitador comunista a marca capitalista”. Pareciera, contada la historia fuera de todo contexto, que el Che por su propia iniciativa fusilaba a disidentes políticos de la revolución.
Los hechos, narrados con mayor precisión y detalle establecían que los tribunales de urgencia de La Cabaña habían sido creados por el nuevo gobierno para darle respuesta a un clamor popular: la ejecución de los torturadores y asesinos batistianos que habían sido capturados. El ambiente estaba particularmente recalentado por los medios de comunicación. La televisión, la radio, las revistas y diarios todos los días narraban, luego del triunfo de la revolución, historias terribles sobre fosas comunes ocultas, asesinatos de jóvenes desarmados, violaciones, torturas; sobre todo centradas en la represión a las guerrillas urbanas, y además de mostrar cementerios clandestinos, se hablaba de las matanzas de campesinos inermes durante las ofensivas contra la sierra Maestra. Una encuesta privada realizada en todo Cuba, mostraba que 93 por ciento de la población aprobaba los fusilamientos.
El Che fue nombrado auditor militar y tenía como misión revisar los juicios de los dos tribunales especiales. Durante el tiempo que ejerció el cargo, dos docenas de penas de muerte fueron pronunciadas y ratificadas, 55 en total, si se la hace caso a uno de los responsables de los tribunales, Duque de Estrada. Jules Dubois, en nada sospechoso de simpatizar con la revolución, reseñaba en la prensa estadunidense el caso de uno de los condenados, un policía que había confesado al menos el asesinato y tortura de 17 jóvenes durante la etapa de la lucha urbana.
Guevara no debe haber tenido dudas al ratificar las condenas, creía en su justicia y en los últimos años había sacado de sí mismo una tremenda dureza ante situaciones similares.
Las versiones actuales hacen crecer la lista de fusilados de 55 a 600 (en una página web llamada Che más mito que realidad) y destacan el caso de un joven, menor de edad, insisten en repetir, llamado Ariel Lima, que en las versiones más extrapoladas asientan que el Che se burló de su madre e incluso le dio el tiro de gracia.
En todas las versiones surgidas de la mixtura (por ejemplo el debate en la red con el título ¿Por qué dicen que el Che es un asesino?) poco se sabe de Ariel, más allá de que estaba detenido por que había sido miembro de las redes urbanas del 26 de Julio y bajo amenaza de tortura al ser capturado denunció a varios de sus compañeros. Investigando un poco uno puede descubrir a partir de la confesión de Caro, guardaespaldas del terrible jefe de policía Esteban Ventura, que Ariel terminó trabajando para él y que participó en detenciones y torturas de combatientes del 26 de Julio. Un testimonio cuenta que Ariel participó en las torturas de Lidia Doce, una mujer de más de 40 años, mensajera de la columna del Che, a la que éste dedica uno de los Pasajes de la Guerra Revolucionaria, apaleada y luego metida en un saco, aún viva, y arrojada al mar.
¿Fueron los tribunales excesivamente rigurosos? ¿Se fusiló inocentes? Sólo una revisión cuidadosa de la información y de los juicios permitiría sacar conclusiones. No abunda este tipo de investigación en los textos citados.
Fidel
Se ha publicado recientemente Cien horas con Fidel, conversaciones con Ignacio Ramonet (La Habana, 2006). Que siendo un texto que enriquece la versión de Fidel en torno al Che, no aporta nuevos elementos significativos que los que había proporcionado en una entrevista previa con Gianni Miná. Desde el otro lado del espectro político ha venido creciendo la propuesta de: “Si no te gusta Fidel, chíngatelo con el Che”.
Reiteradamente se ha propuesto la teoría de que el Che abandonó Cuba en el 65 por una confrontación con Fidel, que se había producido un “choque de trenes”; llevada a su extremo, la teoría dice que Fidel embarcó al Che en la operación de Bolivia, y ya en el límite, que no sólo lo abandonó sino que lo traicionó
Más allá de las filias o fobias de este historiador por Fidel, por más que se ha insistido en el asunto, no existe ningún tipo de elemento probatorio de tal cosa. El Che había decidido mucho antes su salida y no era fácil ponerse en su camino cuando tomaba una determinación
El último material de la leyenda negra es La autobiografía de Fidel Castro, de Norberto Fuentes, que exige una gran voluntad de parte del lector. Dos tomos de mil páginas cada uno. El narrador de esta nota tiene que reconocer que se limitó a leer el centenar de referencias que se hace del Che en el libro sin leerlo de corrido. Más allá de la gracia del chismorreo antifidelista y de las interioridades y más interioridades del proceso revolucionario que Norberto conoció con cierta extensión, el libro no discrimina entre la información, la especulación, el chisme y la calumnia, y los mezcla generosamente, haciendo una labor de mago para que el lector no pueda distinguir entre uno y otro; reproduce documentos que no lo son, y sistemáticamente pone en boca de Fidel palabras cuya veracidad es imposible de establecer. Más cerca de la novela que del testimonio, induce peligrosamente a sus lectores a dar por bueno el rigor en lo narrado. El libro merecería una lectura más precisa, disriminando el material y rescatando aquello que pudiera tener validez.
En la lógica de andarle tocando los cojones a Fidel, ha aparecido recientemente un artículo de los conocidos Maite Rico y Bertrand de la Grange (“Operación Che. Historia de una mentira de Estado”, Letras Libres, febrero de 2007). Que sostiene que el cadáver recientemente desenterrado en Vallegrande y llevado a Cuba no pertenece al Che. El artículo notablemente minucioso en la reconstrucción de la historia, tiene el corazón de palo.
Con argumentos como que entre los vecinos de Vallegrande “todo el mundo sabía” que el cadáver del Che había sido incinerado; que un campesino, que en el momento de los hechos era un niño, declaraba que los cuerpos de otros guerrilleros habían sido enterrados previamente al del Che, porque él había visto el cadáver en el hospital después del entierro nocturno; el testimonio de un restaurantero alemán que dice que “el Che era demasiado importante para que lo enterraran con otros guerrilleros”; que la chamarra del Che no fue enterrada sino que fue sustraída por uno de los médicos que hicieron la autopsia. Suma una visión de la actual política cubana, de las necesidades del sistema y concluye que el cadáver del Che no ha sido encontrado y que todo se trata de un fraude. Poco les han de importar los argumentos de peso: ¿cuántos cadáveres con manos cortadas creen que se podía haber encontrado en la tumba de los guerrilleros? A qué atribuyen la coincidencia de la estructura del cráneo de los restos numerados con el número dos, con las singulares características del Che, o el reciente testimonio de las pruebas de ADN) A los apasionados en polémicas los remito.
En esta misma línea, el ex agente de la CIA Gustavo Villoldo declaró al diario Nuevo Herald que él se encontraba presente en el momento del entierro de Guevara, y que éste fue arrojado a una fosa común con otros dos guerrilleros, por lo que considera que los restos encontrados no le pertenecen. Villoldo también anda haciendo negocios con un mechón del pelo que dice que le cortaron al cadáver del Che y que pretende subastar provocando la justa indignación de Aleida March, quien calificó la operación como “repulsiva”.
Che administrador
Un periodista argentino me envía un cuestionario para una entrevista por Internet. En la pregunta cinco inquiere: “Cuando el Che estuvo al frente del Ministerio de Industria en la isla, los indicadores mostraron que su praxis era más valiosa en la selva que detrás de un escritorio. ¿Cómo evalúa usted su paso por la función pública?” La pregunta coincide con varias interpretaciones desde la derecha que parecen haber calado en ciertos sectores de la opinión pública más allá del análisis, como la de Juan F. Benemelis en Las guerras secretas de Fidel Castro, que habla de “su rotundo fracaso como administrador de la economía cubana”.
¿Es esto cierto? ¿Era el Che un mal administrador? Dediqué varios capítulos de mi libro a contar minuciosamente el paso de Guevara por la dirección del Ministerio de Industria. Es una historia apasionante. Su entrada se da en momentos en los que la economía cubana está en el momento más dañino producido por el cerco estadunidense. Se estatizaron fábricas improductivas, pero había que mantener el empleo. Se necesitaban 2 mil geólogos y había dos. De los siete ingredientes para hacer pasta de dientes faltaban cuatro, no había clavos, de Miami se importaba todo; habían desaparecido los técnicos, los administradores. El país perdió en días 75 por ciento de su comercio exterior.
Y será la intervención del Che, su trabajo de base en las fábricas, su estilo de dirección, el que impidió el colapso. ¿Mal administrador? Al que haya seguido de cerca la historia, la idea le resulta risible.
La aparición reciente de los libros de Tirso W. Sáenz (El Che ministro), Angel Arcos (Evocando al Che) y Luis Buch (con Reinaldo Suárez, Gobierno revolucionario cubano), enriquecen la visión del día a día en este periodo, que sin duda confirma mi percepción.
¿Qué hay pues de nuevo sobre el Che en estos años recientes?
La consolidación de un mito popular, sin duda, un mito en el que abundan las visiones simplistas, los lugares comunes, pero también los mecanismos de identidad con el llamado a la rebelión. En paralelo, y afortunadamente, una mucho más rica oferta de información sobre el personaje. La reciente publicación de El cuaderno verde añade dimensiones al Che que muchos de sus admiradores no esperaban, y parece traer desde su estado fantasmal el mensaje de que no hay revolución sin poesía. Al lado, una extraña y graciosa periferia consumista que haría que al Che se le pararan los pelos de punta.
Los mitos
Los mitos son por naturaleza longevos, resisten el paso de un tiempo que no parece afectarlos; se mueven en el espacio de las medias verdades, tienen versiones simplificadas y complejas, pueden resumirse en dos palabras que no necesariamente serán iguales, o pueden contarse una y otra vez durante días.
Los mitos más potentes suelen ser policlasistas, van de la hoguera campesina a la mesa de café universitario y no siempre cuentan la misma historia. Más allá de su mensaje central, las versiones difieren, las moralejas varían.
Los mitos suelen adornarse en la memoria de los portavoces del mito, las horas que duró la operación crecen, la inexistente sonrisa aparece, la frase se vuelve más certera, el momento del choque más largo, el miedo más difuso. A su lado aparece la magia.
Los mitos tienen una historia detrás. Son propiedad de las sociedades. Están allí para ayudarlas a construir pedacitos de utopía, para crear santorales, imágenes, referencias, estilos de actuación, una moral que adoptar. A veces se tiende a olvidar dónde se cocina esta historia, se olvida que en América Latina 45 por ciento de la población, cerca de 190 millones, está por debajo de la línea de la pobreza. Y que no llegaron solos a ocupar ese espacio en la sociedad, alguien los ayudó a estar allí.
Pero hay que tener cuidado con los mitos, porque contienen una buena cantidad de falsedades. ¿Entre las muchas cosas que hay que rescatar de los naufragios hay que salvar a Ernesto Guevara, al que en vida muchos conocieron como el Che? Evidentemente. Y junto a él, al camarada Martov, acusado injustamente de leproso menchevique; a la mejor pluma de la revolución, el tal Trotski; al más simpático Federico Engels; al loco de Bakunin; al buen Gandhi y su brillante lógica de la resistencia civil; a Rosa Luxemburgo, no por fea menos encantadora; al soberbio feminismo de Simone de Beauvoir; a la obediencia ciega al canto de la revolución de Buenaventura Durruti; a Max Hölz, Robin Hood de la revolución alemana; al propio Robin Hood y a Sandokan, precursor armado del antimperialismo literario, y a Ho Chi Minh, poeta en la prisión y a tantos más que con sus vidas cuentan la historia de la entrega a la pasión por cambiar a un mundo esencialmente injusto. Y hay que rescatarlos sin religión ni dogma, nada más ajeno al pensamiento de la izquierda, sin adhesiones ciegas, contándolos sin censura.
En el caso del Che, sin duda su imagen está asociada a la idea de rebeldía; pero hay mucho más. En tiempos de travestismo político como los nuestros, en los que los principios políticos se diluyen, todo es posibilismo, compromiso y realpolitik, el Che es la perseverancia de las ideas, el reclamo de los principios, la terquedad, la idea simple y justa de que la política no puede ser otra cosa que ética concentrada.
El Che es también el estilo, la irreverencia y el desapego ante el poder, la continua batalla contra la burocracia, las formas desarrapadas; el Che es la burla de uno mismo y la autoexigencia brutal, el nunca pedirle a nadie que haga lo que no se está dispuesto a hacer. Es un mensaje portador del igualitarismo a ultranza, casi monacal, del respeto a los parias, la dignidad del sacrificio.
Lo menos que le debemos es contar bien sus historias.
Desmitificar
Crecí en una generación en la que el racionalismo intentaba montarse sobre el romanticismo y le daba un barniz, pero por mucho que perseveraba, siempre brotaba bajo la frágil capa de pintura, nunca lo sustituía; en la que el marxismo neanderthal imponía su maldición a palabras como “aventurero” o “vagabundo”, y en la que el marxismo chic adoptaba como cantinela el verbo “desmitificar”.
Soy plenamente consciente de que desmitificar al Che, rehumanizar su mito por vía literaria, la única que conozco, la de contar minuciosamente sus historias, es colaborar a la remitificación, y no me preocupa. Creo en el derecho a los mitos. Soy también consciente que contar al Che significa ayudar a recuperar otros derechos políticos, el derecho al romanticismo, a la aventura y al vagabundeo, y creo que ya era hora de que los recuperáramos, en su mejor sentido, en el sentido final en que todos ellos invitan a ver el mundo con los ojos de “los otros”, los que no tienen derechos pero sí viven en el paraíso perdido del abuso; a tomar el partido de los marginales, los desheredados, los leprosos, los pobres, los jodidos, los últimos del mundo.
Enviado por Agenda Radical / La Jornada
(México) RECOSUR
6) CARTA ABIERTA A ERNESTO CHE GUEVARA
Por Frei Betto
“Déjeme decirle, aún a costa de parecer ridículo, que el verdadero revolucionario está guiado por sentimientos de amor. Es imposible pensar en un auténtico revolucionario sin esta cualidad”.CHE
Querido Che:
Ya han pasado cuarenta años desde que la CIA te asesinó en la selva de Bolivia, el 8 de octubre de 1967. Tenías entonces 39 años. Pensaban tus verdugos que, al meterte balas en tu cuerpo, después de haberte capturado vivo, condenarían al olvido tu memoria. Ignoraban que, al contrario de los egoístas, los altruistas nunca mueren. Los sueños libertarios no quedan confinados en jaulas cual pájaros domesticados. La estrella de tu boina brilla más fuerte, la fuerza de tus ojos guía a generaciones por las rutas de la justicia, tu semblante sereno y firme inspira confianza a quienes combaten por la libertad. Tu espíritu trasciende las fronteras de Argentina, de Cuba y de Bolivia y, cual llama ardiente, inflama aún hoy el corazón de muchos revolucionarios.
En estos cuarenta años ha habido cambios radicales. Cayó el muro de Berlín y sepultó al socialismo europeo. Muchos de nosotros sólo ahora comprenden tu osadía al señalar, en Argel en 1962, las grietas en las murallas del Kremlin, que nos parecían tan sólidas. La historia es un río veloz que no ahorra obstáculos. El socialismo europeo trató de detener las aguas del río con el burocratismo, el autoritarismo, la incapacidad para llevar a la vida cotidiana el avance tecnológico derivado de la carrera espacial y, sobre todo, se revistió de una racionalidad economicista que no hincaba sus raíces en la educación subjetiva de los sujetos históricos: los trabajadores.
Quién sabe si la historia del socialismo no sería distinta hoy si hubieran prestado oído a tus palabras: “El Estado se equivoca a veces. Cuando sucede una de esas equivocaciones se percibe una disminución del entusiasmo colectivo debido a una reducción cuantitativa de cada uno de los elementos que lo forman, y el trabajo se paraliza hasta quedar reducido a magnitudes insignificantes: es el momento de rectificar”.
Che, muchos de tus recelos se han confirmado a lo largo de estos años y han contribuido al fracaso de nuestros movimientos de liberación. No te escuchamos lo suficiente. Desde África, en 1965, le escribiste a Carlos Quijano, del periódico Marcha de Montevideo: “Déjeme decirle, aún a costa de parecer ridículo, que el verdadero revolucionario está guiado por sentimientos de amor. Es imposible pensar en un auténtico revolucionario sin esta cualidad”.
Esta advertencia coincide con lo que el apóstol Juan, exiliado en la isla de Patmos, escribió en el Apocalipsis hace dos mil años, en nombre del Señor, a la Iglesia de Éfeso: “Conozco tu conducta, el esfuerzo y la perseverancia. Sé que no soportas a los malos. Aparecieron algunos diciendo que eran apóstoles. Tú los probaste y descubriste que no lo eran. Eran mentirosos. Ustedes han sido perseverantes. Sufrieron por causa de mi nombre y no se desanimaron. Pero hay una cosa que repruebo en ti: abandonaste el primer amor” (2, 2-4).
Algunos de nosotros, Che, abandonaron el amor a los pobres, que hoy se multiplican en la Patria Grande latinoamericana y en el mundo. Dejaron de guiarse por grandes sentimientos de amor para ser absorbidos por estériles disputas partidarias y, a veces, hacen de los amigos, enemigos, y de los verdaderos enemigos, aliados. Corroídos por la vanidad y por la disputa de espacios políticos, ya no tienen el corazón encendido por ideas de justicia. Permanecieron sordos a los clamores del pueblo, perdieron la humildad del trabajo de base y ahora cambian utopías por votos.
Cuando el amor se enfría el entusiasmo se apaga y la dedicación se retrae. La causa como pasión desaparece, como el romance entre una pareja que ya no se ama. Lo que era ‘nuestro' resuena como ‘mío' y las seducciones del capitalismo reblandecen los principios, cambian los valores y si todavía proseguimos en la lucha es porque la estética del poder ejerce mayor fascinación que la ética del servicio.
Tu corazón, Che, latía al ritmo de todos los pueblos oprimidos y expoliados. Peregrinaste desde Argentina a Guatemala, de Guatemala a México, de México a Cuba, de Cuba al Congo, del Congo a Bolivia. Todo el tiempo saliste de ti mismo, encendido de amor, que en tu vida se traducía en liberación. Por eso podías afirmar con autoridad que “es preciso tener una gran dosis de humanidad, de sentido de justicia y de verdad, para no caer en extremos dogmáticos, en escolasticismos fríos, en aislamiento de las masas. Es necesario luchar todos los días para que ese amor a la humanidad viva se transforme en hechos concretos, en gestos que sirvan de ejemplo, de movilización”.
Cuántas veces, Che, nuestra dosis de humanidad se ha resecado, calcinada por dogmatismos que nos hincharon de certezas y nos dejaron vacíos de sensibilidad para con los dramas de los condenados de la Tierra. Cuántas veces nuestro sentido de justicia se perdió en escolasticismos fríos que proferían sentencias implacables y proclamaban juicios infamantes. Cuántas veces nuestro sentido de verdad cristalizó en el ejercicio de autoridad, sin que correspondiésemos a los anhelos de quienes sueñan con un trozo de pan, de tierra y de alegría.
Tú nos enseñaste un día que el ser humano es el “actor de ese extraño y apasionante drama que es la construcción del socialismo, en su doble existencia de ser único y miembro de la comunidad”. Y que éste no es “un producto acabado. Los defectos del pasado se trasladan al presente en la conciencia individual y hay que emprender un continuo trabajo para erradicarlos”. Quizá nos ha faltado destacar con más énfasis los valores morales, las emulaciones subjetivas, los anhelos espirituales. Con tu agudo sentido crítico cuidaste de advertirnos que “el socialismo es joven y tiene errores. Los revolucionarios carecen muchas veces de conocimientos y de la audacia intelectual necesarios para enfrentar la tarea del desarrollo del hombre nuevo por métodos distintos de los convencionales, pues los métodos convencionales sufren la influencia de la sociedad que los creó”.
A pesar de tantas derrotas y errores, hemos tenido conquistas importantes a lo largo de estos cuarenta años. Los movimientos populares han irrumpido en todo el Continente. Hoy en muchos países están mejor organizados los campesinos, las mujeres, los obreros, los indios y los negros. Entre los cristianos, una parte significativa ha optado por los pobres y engendró la Teología de la Liberación. Hemos sacado considerables lecciones de las guerrillas urbanas de los años 60; de la breve gestión popular de Salvador Allende; del gobierno democrático de Maurice Bishop, en Granada, masacrado por las tropas de los Estados Unidos; de la ascensión y la caída de la Revolución Sandinista ; de la lucha del pueblo de El Salvador. En México los zapatistas de Chiapas ponen al desnudo la política neoliberal y se propaga por América Latina la primavera democrática, con los electores repudiando a las viejas oligarquías y eligiendo a aquellos que son a su imagen y semejanza: Lula, Chaves, Morales, Correa, Ortega, etc.
Falta mucho por hacer, querido Che. Pero conservamos con cariño tus herencias mayores: el espíritu internacionalista y la revolución cubana. Una y otra cosa se presentan hoy como un solo símbolo. Comandada por Fidel, la Revolución cubana resiste al bloqueo imperialista, la caída de la Unión Soviética, la carencia de petróleo, los medios de comunicación que pretenden satanizarla. Resiste con toda su riqueza de amor y de humor, salsa y merengue, defensa de la patria y valoración de la vida. Atenta a tu voz, ella desencadena un proceso de rectificación, consciente de los errores cometidos y empeñada, a pesar de las dificultades actuales, en hacer realidad el sueño de una sociedad donde la libertad de uno sea la condición de justicia del otro.
Desde donde estás, Che, bendícenos a todos nosotros los que comulgamos en tus ideales y tus esperanzas. Bendice también a los que se cansaron, se aburguesaron o hicieron de la lucha una profesión en su propio beneficio. Bendice a los que tienen vergüenza de confesarse de izquierda y de declararse socialistas. Bendice a los dirigentes políticos que, una vez destituidos de sus cargos, nunca más visitaron una favela ni apoyaron una movilización. Bendice a las mujeres que, en casa, descubrieron que sus compañeros eran lo contrario de lo que ostentaban fuera, y también a los hombres que luchan por vencer el machismo que los domina. Bendícenos a todos nosotros los que, ante tanta miseria que siega vidas humanas, sabemos que no nos queda otra vocación más que la de convertir corazones y mentes, revolucionar sociedades y continentes. Sobre todo bendícenos para que, todos los días, estemos motivados por grandes sentimientos de amor, de modo que podamos recoger el fruto del hombre y la mujer nuevos.
(Las citas del Che tienen como fuente el texto El socialismo y el hombre en Cuba, publicado en “Ernesto Che Guevara, escritos y discursos”, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1977, pp 253-272)
El escritor brasileño Frei Betto es un fraile dominico conocido internacionalmente como teólogo de la liberación.
Kaos en la Red / RECOSUR
7) BELLA UNIÓN: ¿QUÉ PASO CON LAS TIERRAS OCUPADAS POR LOS PELUDOS?
ENTRE MATE Y MATE: “EL PROBLEMA DE LA TIERRA NO ES NUEVO”
Trabajo & Utopías, No. 72, Set./07
BELLA UNIÓN: ¿QUÉ PASO CON LAS TIERRAS OCUPADAS POR LOS PELUDOS?
Estamos en Bella Unión un 30 de agosto del 2007. Vinimos a participar en el cierre del segundo Curso de Maquinaria Agrícola del Programa de Capacitación Laboral del Trabajador Rural de la Junta Nacional de Empleo. Son las primeras horas de la mañana, entre mate y mate, en casa de Nicolás (Colacho) Estévez, un referente histórico de las luchas sindicales de UTAA, se va desgranando la charla, sobre varios temas de Bella Unión, justamente sobre la 36 hectáreas ocupadas por UTAA, APPARBU Y SOCA en enero del 2005.
Nicolás Estévez (N.E.).- Si lo que te decía en la previa, este es un tema demasiado amplio para resumirlo en una charla. Ahora el problema de la tierra no es nuevo en Uruguay, hoy todo el mundo se está alarmando porque se está extranjerizando la tierra, porque se está tapando de árboles, de soja transgénica, de maíz transgénico, de las cosas que demanda el mercado. Son procesos que vienen con una fuerza y con una velocidad que muchas veces escapan a la posibilidad de reacción de las organizaciones sociales para frenar o para cambiar o torcer el rumbo. Pienso que esto es parte de un proceso que acompaña el estado urugua! yo, la burguesía que hoy tiene en sus manos, digamos la fracción burguesa que tiene en sus manos el poder en el Uruguay o en el gobierno, no el poder sino el gobierno; está promoviendo este tipo de cosas.
PONER EL TEMA DE LA TIERRA EN DISCUSIÓN
El problema de la tierra: Nosotros decíamos cuando ocupamos las fracciones de Colonia España que teníamos dos objetivos, uno quedarnos con ese pedazo de tierra porque podía dar posibilidades de trabajo a cuatro o cinco familias pero también queríamos poner el tema de la tierra en discusión en la sociedad.
El primer objetivo más o menos lo logramos negociando, el segundo objetivo que es fundamental desde nuestro sindicato de asalariados rurales, no hemos logrado que el movimiento obrero tome conciencia del tema de la tierra y ese es el debe de esta lucha.
UN MOVIMIENTO OBRERO URBANO
Seguramente una de las cosas más importantes que de aquí en más tenemos que dar una batalla ideológica en la cabeza de la gente, es decir un movimiento obrer! o fundamentalmente urbano que necesita tomar conciencia respecto al problema de la estructura de la tierra, de la tenencia de la tierra, de cómo se produce en la tierra y qué se produce; porque sino también creo que va en los destinos del Uruguay como país, van atado a ese tema.
Esa es una pelea que nosotros históricamente tenemos que darla, es decir que el movimiento obrero tome el problema de la tierra como uno de sus temas centrales.
SE FORMO UNA COOPERATIVA CON LAS TIERRAS OCUPADAS
Las organizaciones hemos logrados a través de la lucha y la negociación quedarnos con ese pedazo de tierra, son treinta y pocas hectáreas, se formó una cooperativa con integrantes de las organizaciones. Son seis, cuatro compañeros y dos compañeras, que son las que van a poner en producción el emprendimiento.
CONSTRUCCIÓN DE UN CENTRO DE FORMACIÓN PARA TRABAJADORES RURALES
Tienen un segundo aspecto que es un Centro de formación que hemos acordado con el Instituto Nacional! de Colonización, ALUR (Alcoholes del Uruguay), Programa Uruguay Rural del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca, UDELAR (Universidad de la República) de construir un centro de formación para asalariados y pequeños productores que va a tener parte de formación teórica y práctica en modelos productivos.
El proyecto desde el punto de vista productivo es un modelo diversificado, es decir con caña como respaldo económico pero que también va a ser chacra y cría de pequeños animales.
Ángel Rocha (A.R.).- ¿Cómo son esas formas cooperativas?
N.E.- Es una cooperativa social de producciones, a partir de la nueva ley que creo las cooperativas sociales de producción para gente que tiene ingresos por debajo de la media de la zona o del rubro en que se inserta, son alrededor de cuatro mil quinientos por mes. Por debajo de eso pueden integrar la cooperativa, si se superan esos ingresos pasaría a ser una cooperativa común. La formación de la cooperativa se justifica porque se necesita cierta legalidad para po! der hacer contratos, en fin, para operar la parte productiva de la chacra
A.R.- ¿Cómo funcionan los asalariados y pequeños productores en las tierras que les arrendó ALUR?
N.E.- Sí, son las tierras que subarrendó ALUR a 39 familias de 18 familias asalariadas y el resto son pequeños productores que recibieron una parcela de 10 hectárea! s. Por ahora, si bien hay tres grupos para la cosecha de la caña, en realidad son todas empresas unipersonales, son 18 empresas unipersonales, cada trabajador que recibió su parcela abrió una unipersonal. Eso es de algún modo reproducir las mismas condiciones dominantes que conocemos en esta sociedad, es cierto que de punto de vista sindical tenemos responsabilidad por no haber podido construir una forma asociativa desde un principio. Aunque también es razonable que algunos compañeros decían que ni se conocían, cómo somos como trabajadores y cómo vamos a reaccionar frente a las distintas tareas. Pero creo que lo que tenemos que superar es que no podemos reproducir los mismos modelos que nos han llevado a una situación de exclusión, sobreexplotació n y por supuesto que también habrá que evaluar al fin del primer año cuál es el resultado económico de esa experiencia, no sabemos si son suficientes 10 hectáreas para mantener una familia. Este ha sido un mal año para la producción de caña de azúcar debido a las heladas y que además esas parcelas están dedicadas pura y exclusivamente a la plantación de caña, es un monocultivo.
Todo esto tendríamos que discutirlas, evaluarlas y ver las experiencias que se van gestando o concretando en el terreno de la tierra.
A.R.- ¿La cooperativa se llama 15 de enero, fecha de la ocupación?
N.E.- Si, se llama 15 de Enero, fue la fecha de ocupación. Hay otra Cooperativa, de ladrilleros, se formaron dos cooperativas acá en Bella Unión, las impulsa el MIDES (Ministerio de Desarrollo Social), asume todos los costos de tramitación de toda la parte legal, incluye también cursos de formación para todos los cooperativistas. ! PARTICIPAR EN LOS PROYECTOS PRODUCTIVOS DE BELLA UNIÓN
Los sindicatos siempre planteamos la necesidad de un ámbito de discusión para la implementació n de cualquier proyecto productivo. Nosotros queremos participar y más en un proyecto que es impulsado por el estado, nosotros planteamos la necesidad de tener un ámbito de discusión donde pudiéramos opinar las organizaciones sindicales y gremiales de pequeños productores para tratar de no ser solo mano de obra de esos proyectos sino también participar en el diseño de los mismos y como esos proyectos podían impactar en la sociedad en que vivimos. Hoy nosotros vemos que el proyecto ALUR o sucro-alcoholero si bien ha promovido un crecimiento en la z! ona desde el punto de vista económico, se ha duplicado el área de caña pero no tiene el impacto social que todos esperábamos. Hay que tener en cuenta que es un proyecto bancado por el Estado, sino tiene ese componente social no rinde.
Nosotros esperamos de todo este proyecto un fuerte impacto social, es decir que los trabajadores mejoren su calidad de vida, que mejoren sus ingresos, que sean más permanentes, la zafralidad continúa se profundiza de alguna manera entonces siempre reclamamos ese ámbito para discutir.
LA ZAFRALIDAD DEL TRABAJO RURAL
Si la zafralidad en el campo se ha impuesto, es decir en todas las actividades productivas del campo hay una fuerte zafralidad. Te cito un caso, el otro día estuvieron un grupo de compañeros que iban todos los días a Salto a hacer la cosecha de la naranja, están considerados jornaleros, trabajan a jornal, hay un componente también de destajo según la productividad pero fundamentalmente son jornaleros. En dos años no logran hacer el tiempo mínimo necesario para hacer un seguro de paro, eso marca que...son doscientos cuarenta jornales. Si, eso indica los niveles de zafralidad que existen en ese rubro pero también en la caña, la caña qué es lo que ofrece como trabajo, la zafra fundamentalmente de cosecha, la caña para molienda y después pequeños trabajos que demandan mucho menos cantidad de obreros. Entonces ese reclamo de las organizaciones finalmente cuando se entró a negociar con el Instituto por el tema de la salida de la ocupación.
LA NECESIDAD DE UNA POLÍTICA DE TIERRAS
Nosotros propusimos un ámbito para discutir el tema de la ocupación donde estén presentes ALUR (ANCAP), el Instituto, el Programa de Uruguay Rural, la UDELAR, las organizaciones que estábamos participando en esta medida de lucha. Eso se concretó el 30 de mayo y ahí planteamos que era necesario tener una política de tierras para la zona, y todos coincidieron de que no hay una política de tierra que sustente este proyecto sucro-alcoholero, que no se diseño una política de tierra, cosa que debería ser pensada en la implantación de cualquier proyecto agroindustrial en cualquier lugar del país. A partir de ahí se establece ! la intención de las organizaciones para discutir una política de tierras para la zona. Eso se concreta en el marco del Programa de Uruguay Rural con una Comisión para tratar de diseñar una política de tierra. En la última reunión hubo algún avance consideramos que fue positiva porque el Instituto Nacional de Colonización dice que no solo tiene un compromiso con ALUR para integrar tierras al proyecto sucro-alcoholero sino que habla de una cantidad de tierras que tendrían disponibles en un corto plazo. Nosotros de esas tierras, queremos una parte importante los asalariados y los pequeños productores.
NO ES SOLO LA TIERRA, SINO EL CRÉDITO, LA ASISTENCIA TÉCNICA
Ese es el ámbito en que estamos discutiendo hoy, el Sindicato UTAA tiene una Comisión Por Tierra que está trabajando bien, se reúne todos los martes con 30 35 compañeros, hay alrededor de 200 formularios de aspirantes a integrarse en el proyecto sucro alcoholero con una parcela de tierra. Y bueno estas son nuestras credenciales para tratar de conseguir esto. Ahora, hay una cantidad de limitantes importantes, no solo es la tierra, es el crédito, la asistencia técnica, la maquinaria. Porque sino la tierra sola no produce y después el tema de la organización, nosotros no queremos reproducir el modelo que nos ha traído a los trabajadores las consecuencias de dispersión, de marginación, es un modelo perverso que se nos ha impuesto en toda la historia del desarrollo del capital en el campo. Queremos nuevas formas de organización del trabajo, si bien nosotros no tenemos experiencias, el Estado tiene los recursos y debería hacer un gran esfuerzo por ayudar a los trabajadores en formas organizativas superiores. Que le den una participación distinta al obrero, una forma de organización distinta donde se supere el tema de la explotación del hombre por el hombre.
La charla con Colacho no terminó aquí, luego seguimos sobre del desarrollo de las organizaciones sindicales rurales. Pero el espacio hoy no nos permite seguir. Quedará para una próxima oportunidad. Al volver de Bella Unión, nos pareció interesante tener estos espacios de reflexión, de debate sobre las históricas y renovadas reivindicaciones de UTAA: ! la lucha por la tierra.
Ángel Rocha*
* Participa del Programa de Capacitación Laboral del Trabajador Rural
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